Universidad Nacional. Campus Omar Dengo

Miradas de nuestro quehacer

Por 
Kenneth Alfredo Cubillo Jiménez

En el mes de mayo de 2025, en el salón multiusos de Upala, cincuenta y siete estudiantes de los grupos 21 y 22 de este cantón recibieron el título de Diplomado en Educación Rural I y II Ciclos. En esta misma ceremonia, tres estudiantes del cantón de Los Chiles obtuvieron el título de Licenciatura en Educación con énfasis en Educación Rural I y II Ciclos.

En total, 60 personas del territorio norte-norte de nuestro país, gracias a la presencia de la Universidad Nacional y al cumplimiento de su misión histórica, alcanzaron un título universitario cuyo valor trasciende el simple hecho de certificar una formación profesional.

Para las personas graduadas de Upala, este es un primer escalón hacia una meta mayor. Demuestra que, cuando se quiere, se puede. Ser estudiante universitario exige más que esfuerzo: implica un compromiso personal de mejora continua, estudio constante, capacidad de asombro y espíritu crítico.

En el caso de las tres estudiantes de Los Chiles —mujeres comprometidas con su formación—, además de culminar su proceso académico con la obtención de la licenciatura, se convirtieron en las primeras graduadas en esta zona en el marco del convenio UNA–Municipalidad de Los Chiles.

Durante la ceremonia, presidida por don Francisco González Alvarado, rector de la Universidad Nacional, se vivió un ambiente de emotividad, esperanza y renovación de metas personales en la búsqueda de ser cada vez mejores personas educadoras.

El camino no ha sido sencillo, como lo expresó la estudiante Ingrid Rodríguez Bermúdez:

"Cada curso ha exigido compromiso, disciplina y sacrificio. Pero también ha traído alegrías, descubrimientos y crecimiento personal. Estudiar es un privilegio. Pero cuando la universidad viene a tu comunidad, cuando te tiende la mano y rompe barreras, ese privilegio se convierte también en una responsabilidad aún mayor. Porque no solo estudiamos para nosotros, sino también para nuestras familias, para nuestras comunidades, y para todos aquellos que sueñan, pero aún no han tenido la oportunidad".

Por su parte, doña Ruth Quesada Lobo, en representación de las familias, felicitó e instó a cada una de las personas graduadas a seguirse preparando. Asimismo, agradeció a la Universidad Nacional por brindarles la oportunidad de convertirse en profesionales.

Doña Erika Vásquez, decana del CIDE, destacó al cantón de Upala como una tierra rica en diversidad, cultura y resistencia, lo cual recuerda la necesidad de una universidad presente y comprometida. Enfatizó que no solo se celebra la obtención de un título, sino también los triunfos construidos con esfuerzo y perseverancia por madres y padres de familia que han sostenido sus sueños. Subrayó que el CIDE y la DER han apostado por lograr una transformación desde el aula hasta los territorios, porque creen en una vocación que camina con la gente y dialoga con sus realidades.

Finalmente, doña Erika motivó a las personas graduadas a nunca perder su compromiso ético, a ser voces que inspiren, personas valientes que crean en su poder para cambiar el mundo.

El señor Luis Diego Coronado, representante de la Municipalidad de Upala, extendió sus más sinceras felicitaciones y enfatizó que el gremio de educadores rurales es fundamental para el desarrollo del cantón, pues los nuevos profesionales llevan esperanza y alegría a las comunidades más alejadas. Además, los instó a nunca perder la pasión por enseñar.

Por su parte, don Francisco González, como parte de su discurso, afirmó que ser docente hoy en día es tener la capacidad de transformar vidas, es entregarse con vocación para alzar la voz de quienes han sido marginados. Reconoció los sacrificios y compromisos de quienes han estudiado en condiciones difíciles, compaginando sus estudios con la vida personal. Asimismo, alentó a los graduados del diplomado a seguir adelante, recordándoles que el camino que les espera exige aún mayor compromiso.

Durante el acto de juramentación, también a cargo de don Francisco, se resaltó la importancia de llevar con orgullo el sello UNA en el ejercicio profesional.

Para finalizar, en la entrega de títulos, cada estudiante reflejó en su rostro orgullo y satisfacción por el esfuerzo realizado a lo largo de estos años de dedicación y perseverancia.